Una vez afuera del calabozo, Thiago me contó su plan:
- Lo complicado no es llegar a la bóveda -me explicó- lo difícil es entrar, cuatro de las cinco llaves están ahí mismo, con los cuatro guardias que la vigilan, la quinta es resguardada por el mismísimo rey del sopramundo: spikewield, pero eso último no es problema.
-¿por qué no? -pregunté
-porque contraté a un muy buen cazarrecompensas, zerk, alias flash
-me llaman así porque te dejaría sin ropa, tirado en medio de la calle y tú ni sabrías que estuve ahí -dijo una aguda voz a mis espaldas.
-él se encargará de la llave de spikewield, por nuestra parte, nosotros tenemos que armar un bomba de olor par noquear a los guardias.
-OK, tiene mucho sentido -dije- salvo por la parte en que no
-¿Qué parte no tiene sentido? -dijo Thiago- él roba, nosotros armamos, explotamos y robamos.
-La última parte
-¿Qué última parte?
-La parte de después de "Te recomiendo este juego de cartas, está muy bueno"
-No hay tiempo para chistes, nos queda poco tiempo.
Recorrimos el mercado del centro, yo estaba maravillado, eran animales humanos, se comportaban como humanos, se veían como animales, asombroso... ¿Cómo pudo convertirse en un mero juego de cartas en mi dimensión?
Una vez compramos todos los materiales y armamos la bomba, surgió la siguiente conversación:
-¿No nos noqueará la bomba también?
-No, solo funciona con criaturas.
Entonces pasa un relámpago entre nosotros, y escuchamos a Spikewield gritando cosas que no son ATP.
-¡Zerk! ¿Qué pasó?
-¡No tengo idea! ¡Solo pasó!
-¿Pero tienes la llave, o no?
-Sobre eso...
-No importa, ahora debemos concentrarnos en estallar eta cosa en el castillo, cuando "su majestad" entre.
Entramos, recorrimos los pasillos y llegamos hasta la bóveda, Spikewield nos pisaba los talones, estallamos la bomba, tomamos la 5 llaves, entramos y...
-¡Hay muchas cosas brillantes!, ¡no lo encontraremos a tiempo!... Oh, espera, aquí está
Me apresuré a apretar el botón,y en seguida estaba de vuelta en la central.